dilluns, 9 de gener del 2012

EL DEDO ROMPE TODO.

Erase una vez un dedo endemoniado que todo aquello que tocaba lo rompía. El pequeño siempre se preguntaba lo mismo… ¿por qué yo?, ¿por qué a mí? Llegando, inútilmente, a la misma conclusión; no lo sé ni lo podré saber jamás. Así que lloraba y lloraba mientras se maldecía pensando en su desgracia. El pobre no tuvo más remedio que resignarse a no volver a tocar absolutamente nada que estuviera a su alcance.

Y, así, paso muchos años de su vida. Hasta que un día, por casualidad, cuando su gran amigo el índice y él navegaban por la red, descubrieron una web en la que se hablaba de la energía negativa y positiva, del karma. A medida que se adentraban en aquellos textos descubrieron el porqué. Ese por el cual había malgastado tanto de su tiempo sin encontrar respuesta.

Sus malas actitudes frente al mundo lo conducían, sin freno, hacía la desgracia. Leyendo, se dio cuenta que podía hacer algo al respeto, tenía el poder de cambiarlo todo. Podía reconducir su vida y, sobretodo, liberarse. Decidió tener una actitud positiva: hizo al menos una buena acción al día, dejo de pensar solo en él para pensar en ellos, colaboró y, sobretodo, quiso solucionar todo aquello en lo que había errado; en definitiva, se cargó de energía positiva.

Después de un tiempo queriéndose y haciendo el bien, todo se transformo a su alrededor, de tal forma que no tuvo que pensar más en encerrarse en su burbuja de cristal y pudo disfrutar de la vida como se merecía. Y, así, dejo de romperlo todo.

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